Reconozco que mis actos hacia los demás no han sido del todo misericordiosos, lo que me hace vulnerable a la negatividad de los lugares y de las personas a mi alrededor.
Con este nombre destruyo cualquier negatividad y creo un escudo de protección.
Es muy útil para lugares cargados de negatividad.
Cuando mi felicidad está apegada a lo que los demás me dan o hacen sentir (compañía, seguridad, importancia, placer, etc.) o a mis bienes materiales; con este nombre destruyo esta idolatría, causa de sufrimiento y maltrato.
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